CICLOEXPEDICION POR SURAMERICA

Un grupo de convencidos en que otro mundo es posible emprenderemos un recorrido por Suramerica en bicicleta, con el proposito de integrar a nuestros pueblos en torno a 5 temas que son comunes: agua, pobreza, movilidad, amazonia, integracion.

sábado, 19 de diciembre de 2009

¡Mateo vive!


Mateo Kramer tenía algo así como un dicho: “la convicción puede vencer a la timidez”. Cuando el miedo hacia lo otro y l@s otros nos hace impotentes, hay que hacer esfuerzos y salir de sí mismo, viajar, tejer amistades y compañerismos, conocer y aprender.
Matthieu Cramer Thilippe nació en Montreal, Canadá, el 4 de julio 1975 en el seno de una familia suiza de clase media, y murió a sus 33 años el 9 de diciembre en la Vía de Evitamiento, distrito de La Victoria , Perú, en un absurdo y doloroso accidente de tránsito. Su obra de vida, sin embargo, desborda las geografías de los países y se asienta en los territorios vivos de los pueblos.
Mateo, animal intergaláctico, era suizo de cuerpo y tradición, caucano por espíritu y cariño e internacionalista por convicción. Fue un hombre de multitud de luchas y pueblos que como militante, maestro, comunicador, cooperante y compañero dedicó buena parte de su vida a la solidaridad revolucionaria, a la formación integral de l@s jóvenes, al fortalecimiento de las resistencias comunitarias y a la participación como uno más en los pueblos de Colombia, Suiza y el mundo.
El hombre que andaba en miles de combates por la soberanía alimentaria, por los espacios okupados, la enseñanza crítica, la defensa de los planes de vida de las comunidades y las ideas e iniciativas libertarias entre muchas otras, era también alguien con vocación de unidad, de encuentros y coordinaciones, de amistades y diplomacia, promotor de la idea de que l@s trabajador@s y los pueblos nos juntemos desde abajo y combatiendo, todo por el fortalecimiento y la acción conjunta de los procesos sociales.
Recién salido del colegio, Mateo quiso recorrer el continente americano y conoció, en esta travesía, una tierra que lo apasionaría y enamoraría, en especial un rinconcito llamado Colombia, donde tejería sus nuevas amistades y perspectivas. Después de visitar diferentes lugares, regresó a Colombia, se radicó en Bogotá y se convirtió en un estudiante más. Sus amigos lo recuerdan pedaleando por las calles bogotanas consiguiendo los alimentos que luego pelaría y cocinaría en la olla comunitaria de la Universidad Nacional. Se destacaba por su jovialidad y creatividad, por su altura en las movilizaciones universitarias y populares, y por su colaboración en la cocina, la planeación y el debate en las reuniones del joven movimiento anarquista existente en la época de las primeras jornadas libertarias.
Interesado en los procesos de resistencia campesina del Sur Occidente colombiano y consciente de la importancia de integrarse y trabajar con el pueblo, Mateo, una vez graduado, se fue a vivir al Municipio Caucano de Inzá Tierradentro, y allí pelando papas y dictando clases de matemáticas se convirtió en un enérgico dinamizador de la auto-organizació n campesina, ayudando a consolidar y fortalecer la Asociación Campesina de Inzá y los procesos de movilización, la consulta popular contra el TLC y la autogestión social y permanencia en el territorio.
Mateo, uno más entre indígenas, mestizos y negros, se convirtió en un hombre que siempre estaba en donde se le necesitaba, con las propuestas estudiantiles de los universitarios del Cauca y con los cabildos de las comunidades afrocolombianas, pendiente del acompañamiento de los conflictos sindicales de l@s trabajador@s urban@s y de la solidaridad que podían brindarles a éstos los campesinos organizados, moviéndose en Europa en giras de denuncia, promoviendo el acompañamiento internacional con los sectores en lucha y contribuyendo a formar a los jóvenes de Inzá de manera integral y libre.
“El suizo de Tierradentro”, como le decían sus amig@s, era partidario de que la solidaridad con los pueblos en resistencia se juntara con sus luchas locales, para ganar así en la lucha anticapitalista mundial. Era cuidadoso de resaltar la labor de todas aquellas personas que a pesar de contribuir a la consolidación de los procesos, permanecen casi invisibles: las exiliadas y las detenidas políticas, las que se quedan cuidando el territorio mientras otras marchan, las que cocinan, diseñan y trabajan sin ser ellas el centro de las miradas, las que nos han antecedido y han caído haciendo posible nuestra lucha.
El año pasado Mateo, con sus energías inmensas, contribuyó a fortalecer en más regiones el proceso del Coordinador Nacional Agrario, la labor de defensa y solidaridad internacional de multitud de organizaciones internacionalistas y los procesos de resistencia juvenil en el Cauca. Estuvo también desde el principio en la Minga Indígena y Popular, que ayudó a pensar, palabrear y caminar. En la inmensa marcha de 10 mil personas que salió de la María Piendamó y llegó después de miles de kilómetros a Bogotá, Mateo contribuyó a dinamizar enormemente la participación de l@s campesin@s en este proceso, que no es ni puede ser sólo de los pueblos indígenas, sino que es de todo el pueblo en lucha. Ahí en el campamento improvisado y caótico de la Universidad Nacional lo vimos por última vez, y estaba como siempre: participando con una sonrisa en la boca y una vivacidad inmensa.
Dicen que el trágico 9 de diciembre del año 2008, el cuerpo de Mateo se encontraba tendido en el suelo, herido y sin vida en una lejana carretera peruana. Pero aquí much@s somos l@s que sabemos la verdad: Mateo marcha, pedalea, combate y vive aún en la lucha de los pueblos del mundo, contra la opresión y la dominación. Flores y tristezas para el Mateo que murió, pero ante todo vida y lucha para el Mateo que es nuestro y que hizo de su vida la creación de un mundo nuevo.
Red Libertaria Popular Mateo Kramer.
OTRA AMERICA ES POSIBLE.

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